La Ciudad - Pontevedra

Fuente: Turismo de Pontevedra

Pontevedra, ciudad de larga tradición marítima y mercantil, conserva uno de los cascos históricos más importantes y elegantes de Galicia. Junto a la ría pontevedresa, la antigua urbe extiende su entramado de calles y plazas que guarda importantes edificaciones civiles y religiosas.

Desde que los romanos la bautizaran como Ad Duos Pontes, el mar ha marcado profundamente el carácter de Pontevedra a lo largo de los siglos en forma de astilleros, puerto pesquero y una intensa actividad comercial. En la confluencia del río Lérez con la ría de Pontevedra se desarrolló un núcleo amurallado de calles empedradas y recogidas plazuelas, algunas de ellas porticadas. En el centro del casco antiguo se sitúa la plaza de España, donde se levanta el Ayuntamiento, edificación ecléctica construida en el siglo XIX. Su fachada principal queda definida por sus cuatro pares de columnas, los frontones de las puertas, así como por el balcón y el reloj. Frente a él se extiende la alameda, un amplio paseo frente al cual se encuentran suntuosas edificaciones civiles como la Diputación, cuya fachada decimonónica contrasta con las ruinas medievales del convento de Santo Domingo (s. XIV), conjunto declarado Monumento Nacional. El enclave, una de las sedes del Museo Provincial, alberga elementos arquitectónicos de diversa procedencia, tales como capiteles románicos y góticos, laudas o sarcófagos.

La popular plaza de la Ferrería, rodeada de destacados edificios como la iglesia convento de San Francisco, construido en estilo ojival tardío entre los siglos XIV y XV. Consta de planta de cruz latina, cabecera con tres ábsides, y conserva varios sepulcros medievales. Merece especial atención el Museo Provincial de Pontevedra, uno de los más importantes de Galicia. Sus fondos se encuentran distribuidos entre las ruinas de Santo Domingo y otros cuatro edificios que miran a la plaza de la Leña. Destaca de su colección un amplio muestrario de arte medieval y de pinturas españolas y europeas del s. XVI-XVIII, así como una selección de obras de artistas y arte popular gallego. El recorrido por Pontevedra discurre por típicas calles comerciales con nombres de gremios y plazas de granito como la del Teucro, la de Cinco Calles o la de la Verdura, hasta llegar a la basílica de Santa María. Construida en el siglo XVI por el gremio de mareantes (navegantes), este grandioso templo renacentista alcanzó un gran refinamiento en sus formas. Así, en el interior de la edificación se aprecian sus tres naves cubiertas por bóvedas de crucería y una serie de capillas laterales. En la parte externa sobresale su fachada principal, obra de Cornelis de Holanda y Juan Nobre. Todo ello le convierte en una de las joyas del arte gallego.

Otro de los puntos de interés de la Pontevedra antigua es el santuario de la Peregrina (s. XVIII), que guarda la imagen de la patrona de la ciudad. Obra del arquitecto luso Antonio Souto, posee planta casi redonda y una fachada barroca con varios añadidos neoclásicos del siglo XVIII.